Branding verbal para negocios conscientes

El concepto de "cliente ideal" puede ser aburridor, pero ¡qué necesario resulta para vender servicios online!


Pensemos de esta forma: si se me rompe un caño, necesito ya mismo, un plomero. No voy a buscar un albañil o un consructor. Aunque sean profesionales capacitados y sepan de obra. No son quienes van a solucionar mi problema.


Si siento que me estanqué profesionalmente, no voy a buscar un "Coach". Voy a buscar un "Coach de carrera" y si quiero aprender a escribir historias para vender, no busco un mentor de negocios, sino a uno de storytelling.


Puede suceder y sucede, que te encuentres en un punto ciego que te impide percibir a quién podrías ayudar mejor.


Quienes tenemos vocación de servicio, elegimos nuestra área de especialización y el cliente específico al que nos dirigimos, siguiendo -casi ciegamente- el deseo de ayudar.


De forma casi instintiva, adquirimos conocimientos y experiencia para contribuir con quienes confían en nosotros.


Si en un tema específico, ambas condiciones -el conocimiento y la experiencia- se dan simultáneamente, se disipa toda duda a la hora de definir cuáles son los límites de tu práctica matriz online.


También para reconocer quienes son tus clientes.


Ahora, el reto es definir cómo tengo que expresarme para atraer a quienes quiero atraer y repeler los que no me interesa.

Palabra más, palabra menos.

En tu vocabulario proliferan los términos técnicos. El léxico propio de tu saber destella en toda conversación. Palabras como "bloqueo" y "sinastría" emergen con la misma fluidez que "tenedor" o "computadora".


¿Así es? Empecemos desde cero.


Si me expreso con los términos de mis colegas, ¿a quién voy a atraer? Repita conmigo: a mis colegas.


El diseño de tu branding verbal es un desaprender lo aprendido hasta el momento, para escuchar activamente la forma en la cual se expresan las personas que recibirían un beneficio de tu servicio, lo saben y pueden pagarlo.


Para atraerlo, tendrías que hablar y escribir con sus propias palabras.


¿Qué palabras vas a escuchar con especial interés? Las que describen "el problema" o "la situación" que experimentan como conflictiva y que tu servicio resuelve.


Hecho esto, la conclusión de este segundo paso sería formular sin vueltas el siguiente enunciado:



"Soy (tu nombre) y ayudo a (cliente definido) a resolver (problema o situación) con (método específico)".



Por ejemplo: soy Paula y ayudo a psicólogos, coaches, terapeutas y mentores a definir su práctica matriz y vender servicios online con mi método de cuatro pasos.


Por supuesto, el esquema anterior podrías formularlo de diez formas distintas y todas ellas podrían ser mejores que tu primera redacción.


No te detengas en ese pensamiento.

Ya tendrás la oportunidad de hacerlo.


Lo esencial es que el enunciado final sea claro. No perspicaz o ingenioso: claro.


El ejercicio de encontrar el relato inherente a tu práctica matriz tiene como punto de partida el reconocimiento de tres factores:



  • Campo semántico.
  • Imaginario y simbolismos.
  • Historia semilla.



No sería mi metodología si no incluyera la reflexión sobre estos aspectos. Si te interesa trabajar tu branding verbal identificando tu campo semántico y escribiendo la historia semilla de tu marca, te invito a que conversemos sobre cómo una mentoría de storytelling puede ayudarte a vender más y mejor tus servicios.

Mentoría de storytelling

Para dejar de preguntarte qué no está funcionando.

HOLA, SOY PAULA

Desde hace una década enseño online la única habilidad que no pierde vigencia en la economía digital. Este es el espacio de mi mentoría para psicológos, coaches, terapeutas y mentores que quieren expandir su influencia online.

storytelling@paulalesina.com

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